La incertidumbre sobre el adelanto de elecciones, cuyo debate en el legislativo se frustró por el condicionamiento de un referéndum sobre una falsa Asamblea Constituyente, trastocando el real sentir del más 90% que exigió “que se vayan todos”, eso por el hartazgo de los elegidos y porque perdieron representatividad.
Eso nos permite ver el próximo escenario de elecciones generales, ya que, más tarde que temprano, terminará renunciando la presidente Dina Boluarte, ya sea por la presión de la calle impulsada por sus ex aliados de Partido, o porque sus actuales aliados – los caviares, esa izquierda hipócrita que usa el discurso de pobre y vive del Estado.
Las evidencias de corrupción, la indignación por la precaria preparación política, la cuestionada moral, sobre todo porque sus problemas del día a día, como; falta de agua, desagüe, desempleo, inseguridad ciudadana, la necesidad de calidad educativa, etc. no son atendidos. Entonces ¿Por qué se elige a incompetentes y cuestionados? Porque no hay cultura política y está normalizado la política del reciclaje, personajes que no necesariamente hacen línea política dentro de un partido político, sino que ciertas organizaciones políticas se convirtieron en vientres de alquiler para negociar y albergar a tránsfugas y reciclados, que dicen tener “olfato político” y son elegidos dentro de una falsa democracia interna partidaria, para luego ser presentados al electorado.
Debo señalar que el reciclaje desde su concepto básico es reutilizamiento, reaprovechamiento, desde un concepto más elaborado es aquel “proceso que sufre un material o producto y es reincorporado a un ciclo de producción o de consumo, ya sea éste el mismo en que fue generado u otro diferente”.
Lazarte explica que es un fenómeno como “un intento (de los políticos) por sobrevivir a la crisis por la que atraviesan las organizaciones partidarias. Legalmente no se les puede prohibir a que se presenten como organizaciones ciudadanas, pero ése es un problema moral”, cuestiona.
Por tanto, seguir eligiendo a oportunistas que son la continuación de la corrupción, la doble moral, es poner en riesgo lo frágil de un sistema democrático que cada vez es menos entendido por aquellos que hoy reclaman la renuncia a los mismos que eligieron.
Es momento de ser más racionales e informarse en cada proceso electoral y sancionar a los doble moral y oportunistas. Estimado elector ¡Tú eliges!