El programa bandera de esta gestión, la “revolución agraria”, tomó otro rumbo porque en vez de revalorar el trabajo de los campesinos de la región, se convirtió en un agasajo para el gobernador Zósimo cárdenas quien bailó, bebió, comió y recibió regalos.
Esta ceremonia, según el programa, debió iniciar a las 8:30 de la mañana, pero el gobernador aun no ponía un pie en Concepción, teniendo así a los invitados desconcertados y a los bailarines soportando el frío.
Otros que recién iban llegando no sabían dónde ubicarse, buscando silla en cualquier parte y es que ni los consejeros regionales de oposición tenían lugar, siendo acomodados a última hora por los funcionarios del GRJ.
Los amigos y funcionarios de Zósimo también llegaron entre ellos su gerente Roy Gonzales y su vicegobernadora.
Pasaba el tiempo y el gobernador recién llegó al local pasada las 10 y 20 de la mañana, casi dos horas después de lo pactado, y como si fuera un cumpleañero recibió el saludo de todos, conocido y no, resaltado entre los presentes su portátil que llevaban pancartas agradeciendo al gobernador.
El lugar que eligió Zósimo para este evento fue “Estragos local” por donde pasaron grupos de chicha, y el espacio era reducido que minutos después el público se empezó a sofocar, y cogieron las banderitas con el logo de la revolución para darle otro uso.
En el discurso de su programa incluso pensó cambiarle el nombre de revolución agraria a económica porque no solo piensa tratar la agricultura, también se incluirá la ganadería y turismo al plantear proyectos para estos rubros.
Pero de estos proyectos, no se mencionó ni uno que ya tenga expediente o perfil, todos eran ideas del gobernador, cifras exactas tampoco se dieron solo se mencionó que se comprarían “treinta tantas” maquinarias en el valle del Mantaro, selva central, zona alto andina.
Lo que si saben las naranjitas es el gasto que piensan hacer que serán más de 800 millones de soles, como lo dice su gerente Roy Tomas.
Pero no todos asistieron a este evento, como los alcaldes de Tarma, Satipo, Huancayo y Chanchamayo, estos dos últimos alcaldes que portaron la naranja en su pecho y fueron parte de esta promesa de campaña. Y que el gobernador mencionaba en su discurso, pero nadie respondía como otras autoridades.
Ante esta ausencia, el festejado Zósimo Cárdenas no se mostró rencoroso y declaró que comprendía sus ausencias.
Para pasar este mal rato bailó y recibió todo tipo de obsequios de sus militantes y hoy alcaldes de los diferentes distritos, que después recogieron convenios de cooperación con el gobernador que eran entregados como si de volantes se trataran.
El gobernador luego se dirigió a una feria en donde se paseó en un tractor, bailando Huaylash y bromeando con los invitados demostrando que se sentía feliz por su programa a esto se suma que su gerente de desarrollo social Celso Tapia lo comparó con Velazco Alvarado al ser los dos militares.
Así se terminó el agasajo a Zósimo por lanzar un programa sin proyectos claros con la ausencia de los principales beneficiados y autoridades principales, pero si con mucho baile y regalos.
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