El autocuidado puede aportar una amplia gama de beneficios concretos a la salud física, mental y emocional de las personas. Se recomienda un proceso de autoexploración y reflexión para una mejor experiencia.
Cada 30 de abril se celebra el Día del Psicólogo Peruano, fecha que nos recuerda el papel fundamental que estos profesionales desempeñan en el cuidado y la promoción de la salud mental y el bienestar emocional de las personas.
Por ello, Yesenia Huanca, coordinadora académica de la carrera de Psicología de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), comenta la importancia del autocuidado, una práctica que se refiere a todas aquellas acciones conscientes que una persona realiza para mantener y mejorar su salud física, mental y emocional.
“El autocuidado abarca una amplia gama de actividades y hábitos, que van desde la alimentación saludable, el ejercicio regular y el descanso adecuado, hasta la práctica de técnicas de relajación, la búsqueda de actividades que nos proporcionen placer y satisfacción, el establecimiento de límites saludables en las relaciones personales, y el manejo adecuado del estrés y las emociones”, explica la experta.
El autocuidado puede aportar una amplia gama de beneficios concretos a la salud. Por ejemplo, en el aspecto físico, ayuda a la mejora del sistema inmunológico, lo que a su vez previene enfermedades; reduce el riesgo de enfermedades crónicas y enfermedades cardiovasculares y proporciona mayor energía y vitalidad a la persona. En el campo mental y emocional, aminora la ansiedad, aumenta la resiliencia y mejora el estado de ánimo, según Yesenia Huanca.
El autocuidado es único para cada persona. En ese sentido, la especialista sostiene que es importante encontrar lo que funciona mejor para cada uno a través de un proceso de autoexploración y reflexión. “Hay muchas prácticas simples que se pueden integrar fácilmente en su rutina diaria”, comenta la coordinadora de UTP. Por ejemplo:
- Respiración consciente: dedicar unos minutos al día para inhalar profundamente durante unos segundos, retener el aire y luego exhalar lentamente. Esto ayuda a reducir el estrés y a centrarnos en el momento presente.
- Alimentación saludable: incluir alimentos nutritivos en la dieta, como frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras. Limitar el consumo de alimentos procesados, azúcares y grasas saturadas.
- Mover el cuerpo: realizar alguna actividad física, ya sea caminar, bailar, hacer yoga o cualquier otra forma de ejercicio. El movimiento no solo es bueno para el cuerpo, sino también para la mente.
- Practicar la gratitud: dedicar unos minutos cada día para reflexionar sobre las cosas por las que nos sentimos agradecidos. Esto puede ayudarnos a cultivar una actitud más positiva y a apreciar las pequeñas cosas de la vida.
- Establecer límites saludables: aprender a decir «no» cuando sea necesario y a establecer límites en nuestras relaciones y responsabilidades. Esto prioriza nuestro bienestar y no sentirnos culpables por cuidar de uno mismo.
Si bien existe una variedad de recursos y herramientas disponibles para el autocuidado, hay momentos en la vida en los que es necesario buscar la ayuda de un psicólogo. “La terapia proporciona un espacio seguro y confidencial en el que las personas pueden explorar sus pensamientos, emociones y comportamientos en profundidad con la guía de un profesional capacitado”, indica Yesenia.
Asimismo, la terapia psicológica brinda al paciente una exploración profunda de temas subyacentes, patrones de pensamiento y comportamiento, y relaciones interpersonales, lo que puede llevar a un mayor autoconocimiento y crecimiento personal, concluye.