La violencia contra las mujeres es una pandemia mucho más antigua que La covid-19. La ONU la ha calificado como “la pandemia en la sombra”, y ha hecho un llamado a visibilizarla de modo que no quede totalmente oculta por las noticias sobre la situación sanitaria y sus consecuencias económicas.
Es necesario y urgente impulsar la concientización sobre la violencia contra las mujeres, su magnitud y sus consecuencias negativas en relación a las acciones llevadas a cabo por Organismos Gubernamentales y Gobierno, el hecho de Integrar el enfoque de género en los organismos gubernamentales favorece a la elaboración e implementación de lineamientos institucionales, orientados a favorecer la igualdad de oportunidades y justamente debe ser el ejemplo y modelo de un espacio de ejemplo para la sociedad , esta lucha contra la violencia de género no solo como una responsabilidad del gobierno, sino una responsabilidad compartida con la sociedad civil, el sector privado, y los medios de comunicación, para poder entre todos y todas encontrar la “vacuna” contra esta pandemia de violencia.
A diferencia de una simple vacuna, las soluciones a la violencia contra las mujeres, sin embargo, no son sencillas. Un ingrediente clave y poderoso es la voluntad política para impulsar un abordaje integral que promueva una transformación profunda del ejercicio del poder en todos los sistemas sociales: económico, cultural, educativo, sanitario, entre otros. Se sobreentiende la noción de poder que ha prevalecido es la del poder de dominio de unos grupos sociales construidos como superiores (por ejemplo, hombres, blancos, heterosexuales, urbanos, etc.) sobre otros grupos estereotipados como inferiores (mujeres, población indígena, población afrodescendiente, personas con discapacidad y la población LGBTQ+).
Aquí están las raíces de la violencia contra las mujeres en toda su diversidad e incluso otros tipos de violencia, todo acto de violencia debe ser rechazado y denunciado.