LA GENERACIÓN DEL MIEDO

Entre los años 1980 y 2000 nuestro país tuvo un proceso de violencia de origen político, según el informe de la comisión de la verdad y reconciliación -CVR se tuvo la lamentable cifra de 69 mil personas asesinadas, de ellos, un 44.5% se le atribuye al ejército y PNP, 54% a Sendero Luminoso y 1.5% al MRTA. Este conflicto puso en evidencia las enormes brechas socioeconómicas que existían, donde la pobreza, exclusión social y la ausencia del estado fue “caldo de cultivo” para que el discurso radical y de cambio fuese usado por grupos subversivos. En este conflicto, Junín fue el segundo departamento después de Ayacucho en tener mayor cantidad de víctimas de la violencia, entre ellos estudiantes, autoridades y sobre todo campesinos.

En ese contexto; el dolor de perder a un ser querido ha quedado impregnado en la mente de la juventud de aquel tiempo, el temor que genera la violencia demencial con la que actúan grupos radicales, o el mismo gobierno que dice defender la democracia y la vida pero que en su camino va dejando muerte y dolor, todo ello genera en los padres o madres de familia, angustia, dolor, temor y recelo. Son ellos la “generación del miedo”, aquella que se formó en apagones, represión, prohibiciones, estigmatización o discriminación por ser “cholo”, serrano, provinciano y señalado sin razón como “terruco”.

En estos tiempos tener expresiones de solidaridad con un sector que exige la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, debe ser entendida en su dimensión social y no solo económico. Ha pasado muchos años de aquella época que marcó con dolor a una generación, pero vemos que la injusticia, la pobreza extrema y el abuso del poder sigue siendo una constante hasta hoy. Por eso resulta esperanzador que una nueva generación de jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional del Centro del Perú – UNCP, expresen su sentir y acción solidaria de identificación con el prójimo que se encuentra movilizado, que llevan días en las calles sin que su clamor sea atendido por los políticos que solo piensan en los privilegios que están a punto de perder.

La UNCP fue fundada por comuneros con la esperanza de que sus hijos puedan adquirir conocimientos que ayuden a resolver los problemas que aquejan a nuestra sociedad, hoy no puede estar desvinculada de la realidad, la universidad te forma profesionalmente pero también existe una formación política dado a que el vínculo de una universidad siempre estará con los lugares de procedencia de sus alumnos. Jóvenes que persiguen sus sueños, que anhelan vivir en un lugar mejor, hijos de campesinos, obreros, comerciantes, empresarios, etc., rompan las cadenas de la ignorancia pero también de la resignación. No hay peor miedo que el de vivir en una sociedad plagada de corruptos y delincuentes que usan el poder para someter al débil, para abusar del oprimido. Es tiempo de cambiar la historia.